Un bello poema que Augusto dedica a las madres hondureñas, y que se ha convertido en el bien conocido “Himno a la Madre”. Es una fantástica creación que expresa sentimientos desde el punto de vista de un hijo agradecido, que a través de su existir, ha sabido reconocer el cálido refugio de su madre, lleno de amor y esperanza, comparable solo con la imagen de Dios.
En el nombre de Madre se encierra
la mas alta expresión del amor
porque no puede haber en La Tierra
una imagen mas clara de Dios
Cuando abrimos los ojos inquietos
al primer resplandor de la vida
en su pálida Faz conmovida
nuestra dulce y primera visión.
Y al entrar al innoto camino
a su sombra Benéfica y Santa
cada espina que hirió nuestra planta
la convierten sus manos en flor.
Como un culto hoy Honduras consagra
a su sombra benéfica y santa
Madre que eres consuelo en el llanto
la esperanza, el amor y la paz.
Que tu excelsa virtud traspasando
el misterio de edades remotas
se dilata en las cálidas notas
que palpitan con esta canción...
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