Según nos dice Z. Rolando (S.F). “la labor de Augusto Coello fue fecunda en el campo de la poesía, ensayo, historia y diplomacia”, pero es de resaltar el amalgama de estas que hace en el poema “Canto a Honduras”, que muestra la historia del país desde un ponto de vista real y crudo (por tres siglos tus hijos oyeron, el mandato imperioso del amo…; era inútil que el indio tu amado…; serán muchos Honduras tus muertos…; etc.) y que en 1915 se convierte en nuestro Himno Nacional.
Paredes, A.(2010) en su sección especial "Veinte Razones para Amar (Más) a Honduras" en la revista CROMOS correspondiente al mes de septiembre del año en curso (mes en el que conmemoramos la Independencia política) escribe: "El himno nacional de Honduras es un poema que plasma en siete estrofas las raíces históricas de una tierra de gran belleza, dejando entrever un pasado precolombino ilustre, admitiendo las limitantes del colonialismo, y que culmina lleno de fe vislumbrando un futuro brillante. La visión de Augusto C. Coello al dedicarlo a nuestra bandera, símbolo de unión centroamericana ennoblece a nuestra nación, honra los ideales de Morazán, y pavimenta un futuro próspero no sólo para nuestra tierra, sino para toda la región."
En cuanto a lo literario, el poema “Canto a Honduras”, está compuesto por 8 estrofas y un coro. Cada estrofa tiene 8 versos endecasílabos para hacer un total de 64 versos. Hablando de la temática Z. Rolando (s.f). Señala que el poema relata la historia del país desde 1502 hasta 1821.
Se cuenta cronológicamente el andar del país, desde un breve esbozo del periodo prehispánico hasta la conformación del estado independiente.No es extraño que se hayan omitido sucesos del periodo prehispánico, como el mundo Maya por ejemplo, ya que para el tiempo de la redacción de la obra, la recopilación histórica era casi nula. De la misma manera, no extraña la omisión de Valle y Morazán y los sucesos pos-independencia por considerarlos, en aquel entonces, una historia muy reciente.
La utilización del poema de Coello como Himno Nacional ha sido cuestionado por diferentes sectores por considerarlo extra temporáneo, por su enfoque tan realista casi cayendo al pesimismo y su longitud.
Tu bandera es un lampo de cielo
por un bloque de nieve cruzado;
y se ven en su fondo sagrado
cinco estrellas de pálido azul;
en tu emblema, que un mar rumoroso
Con sus ondas bravías escuda,
de un volcán tras la cima desnuda,
hay un astro de nítida luz.
I
India Virgen y hermosa dormías
de tus mares al canto sonoro,
cuando echada en tus cuencas de oro
el audaz navegante te halló;
y al mirar tu belleza extasiado,
al influjo ideal de tu encanto
la orla azul de tu espléndido manto
con un beso de amor consagró.
II
De un país donde el sol se levanta,
más allá del atlante azulado,
aquel hombre te había soñado
y en tu busca a la mar se lanzó.
Cuando erguiste la pálida frente,
en la viva ansiedad de tu anhelo,
bajo el dombo gentil de tu cielo,
ya flotaba un extraño pendón.
III
Era inútil que el indio, tu amado,
se aprestara a la lucha con ira,
porque envuelto en su sangre Lempira
en la noche profunda se hundió.
Y de la épica hazaña, en memoria,
la leyenda tan sólo ha guardado
de un Sepulcro el lugar ignorado
y el severo perfil de un peñón.
IV
Por tres siglos tus hijos oyeron
el mandato imperioso del amo,
por tres siglos tu inútil reclamo
en la atmósfera azul se perdió.
Pero un día de gloria tu oído
Percibió, poderoso y distante,
Que allá lejos, por sobre el Atlante
Indignado rugía un león.
V
Era Francia, la libre, la heroica,
que en su sueño de siglos dormida,
despertaba iracunda a la vida
al reclamo viril de Datón.
Era Francia que enviaba a la muerte
la cabeza del rey consagrado
y que alzaba soberbia a su lado
El altar de la Diosa Razón.
VI
Tú también, Oh mi Patria! Te alzaste
de tu sueño servil y profundo;
tú también enseñaste al mundo
destrozando el infame eslabón.
Y de tu celo bendito, tras la alta
cabellera del monte salvaje
como un ave de negro plumaje,
la colonia fugaz se perdió.
VII
Por guardar ese emblema divino
marcharemos, ¡Oh Patria! A la muerte,
generosa será nuestra suerte,
si morimos pensando en tu amor.
Defendiendo tu santa bandera,
y en tus pliegues gloriosos cubiertos,
serán muchos, Honduras, tus muertos,
pero todos caerán con honor.
Fuentes: Z. Rolando(S.F). Simbolos Nacionales. Extraido el Sabado 4 de Septiembre de 2010 del la pagina web historiadehonduras.hn: http://www.historiadehonduras.hn/SimbolosNacionales/himno.htm
Paredes, A. (2010). Veinte Razones para Amar (Más) a Honduras [Verción Electrónica]. CROMOS. Extraido el Sabado 11 de Septiembre de la revista electronica Cromos: http://cromoshonduras.com/index.php?option=com_content&task=view&id=289&Itemid=27&ed=32
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